Elegir el objetivo

Elegir el objetivo
14 de octubre de 2021 Comentarios desactivados en Elegir el objetivo Escuela on line escribeafer

Los objetivos zum pueden suponer una gran ayuda en muchos casos, pero un gran enemigo de la acertada composición… si no se manejan correctamente. Como veremos a continuación, no da lo mismo utilizar un gran angular y acercarse que poner un teleobjetivo y acercarse. Elegir el objetivo correcto determinará acertar o errar con la imagen final.

Como vimos en el capítulo anterior, una variación en el ángulo de toma conlleva un cambio en la apariencia de la imagen. Si, además, cambiamos la distancia focal, la composición se altera de manera significativa.

En este esquema podemos ver los distintos tipos de objetivos según su ángulo de visión. © FG

Como ya vimos al hablar de óptica fotográfica, las distancias focales se dividen en tres grandes grupos: gran angular, normal y teleobjetivo. Elegir una u otra no depende de lo cerca o lejos que se encuentre el sujeto. Para eso se utilizan las piernas, no la muñeca que gira el zum; «más pies y menos muñeca«, solemos aconsejar a quienes se inician en la fotografía.

Angulares vs teleobjetivos

A efectos compositivos, nos interesa recordar que los angulares ofrecen mayor profundidad de campo. Además conseguimos mayor sensación espacial porque parece que los sujetos cercanos se acercan mientras que los lejanos se alejan más. Este fenómeno, al tiempo, produce una distorsión de la imagen, poco apreciable en paisajes pero muy evidente en retratos o bodegones. Deformación que invita a no usar este tipo de ópticas para estas disciplinas.

Fotografía tomada con Pentax K1 y HD PENTAX-D FA 15-30mm F2.8ED SDM WR. 15mm – 1/500 s – f/5,6 – ISO 100. © FG

Puesto que los sujetos cercanos se muestran más cerca, dan la sensación de ser más grandes en proporción al resto de los sujetos. Esto provoca que, como puede apreciarse en la silla de la derecha, la pata más cercana a la cámara parece mayor. En un retrato de primer plano, la cara se vería abombada y la nariz se vería mucho más grande que las orejas.

Los teleobjetivos producen el efecto contrario en los tres aspectos mencionados. Los normales, como vimos, se muestran más neutros.

Un ejemplo

Observa la secuencia de fotografías; sólo hemos variado la distancia focal. Puede apreciarse la diferencia entre fotografiar con un objetivo u otro. En las dos primeras fotos, tomadas con gran angular, tenemos mayor campo de visión y mayor sensación de volumen pero al tiempo, alteración de las proporciones de la silla.

La foto central, tomada con un objetivo de 50 mm –que ofrece un ángulo de visión aproximado de 47º–, no está distorsionada como las superiores ni plana como las inferiores. Muestra parte del contexto –aunque no tanto como las de angular– y presenta una profundidad de campo equilibrada.

Si utilizamos correctamente la distancia focal en función del tipo de escena, no se puede concluir que una sea mejor que otra en términos absolutos, sino que dependerá de lo que queramos mostrar en nuestras fotografías.

Así, un gran angular resultará perfecto para contextualizar sujetos o fotografiar paisajes mientras que para lograr un buen retrato obtendremos mejores resultados con un teleobjetivo corto.

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