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La percepción de los colores varía en función de los que están próximos y del área que ocupan. Es decir, no se percibe igual un amarillo sobre un fondo blanco que sobre un fondo negro ni lo vemos de la misma manera si aparece sobre un área grande de la foto o tan sólo se ve un pequeño punto. Por esa razón vamos a explicarte algunas cuestiones que debes saber a la hora de combinar colores.
Una de las primeras cosas que debes saber cuando vas a utilizar colores en tu composición y, por tanto, colocar los elementos en distintas zonas de la imagen, es que las diferentes tonalidades producen diferentes impresiones de distancia. Es decir, los colores fríos aparecen más lejanos que los colores cálidos. Por ese motivo, una de las combinaciones que mejor funcionan consiste en colocar un elemento cálido sobre un fondo frío. De este modo, el color cálido destaca más porque «viene delante».
Por lo tanto, a la hora de componer una fotografía, debemos pensar, no sólo en los colores que captamos, sino en cómo se relacionan con otros. Cuando dos colores entran en contraste directo se intensifican las diferencias. Éstas aumentan cuanto mayor sea el grado de diferencia y de contacto. El efecto de contraste afecta a todos los colores que intervienen en una composición.
Se han desarrollado muchas teorías al respecto, pero el gusto y la cultura influyen en lo que se considera una combinación adecuada.
Existen combinaciones de colores que se han aceptado universalmente y que está demostrado que funcionan, pero no se puede olvidar que el componente creativo invita a saltarse las normas.
Si tomamos como punto de partida el círculo cromático podemos establecer diferentes clasificaciones de los colores, entre las que destacan:
Los colores cálidos transmiten actividad, alegría, dinamismo, confianza y amistad. Van desde el púrpura hasta la mitad del verde. Los colores fríos sugieren tranquilidad, seriedad, distanciamiento. Son el azul, el verde, el azul verdoso, el violeta, cian, aqua, y a veces el celeste. Verdes oscuros saturados expresan profundidad.
Aunque la combinación más habitual se realiza entre fríos y cálidos, de la misma manera se pueden utilizar a la vez cualquiera de los colores complementarios –los que se encuentran en lugares opuestos– del círculo cromático.
Los colores claros inspiran limpieza, juventud, jovialidad, mientras que los oscuros inspiran seriedad, madurez, calma…
Se obtienen cuando se aumenta o disminuye la luminosidad de todo el círculo cromático. Los apagados expresan oscuridad, muerte, seriedad, mientras que los pastel sugieren luz, frescura y naturalidad.
Los colores que se encuentran próximos en el círculo cromático combinan bien creando composiciones armónicas.
Combinación parecida a la anterior, tanto en la forma como en las sensaciones. En este caso se trata de componer utilizando el mismo tono con distintas luminosidades y saturaciones.
Se utiliza cuando se desea una composición más cromática y con cierto punto de agresividad visual, pero que mantenga coordinación. Para crear la primera, dividimos el círculo en tres porciones idénticas y mezclamos los colores que aparecen en los extremos de cada una de las porciones. Para crear la segunda, tomamos como referencia un color y, en vez de elegir el opuesto, lo coordinamos con los que están próximos a éste.
Existen herramientas que nos pueden ayudar a crear estas composiciones cromáticas. Una de las más populares y prácticas –aunque no la única– es Adobe Color Wheel.