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Entender cómo el cerebro percibe toda la información que los sentidos le envían nos puede ayudar a mejorar la composición de nuestras fotografías. En este artículo vamos a explicarte de qué manera funciona la percepción.
Los ojos ven todo lo que se presenta ante ellos pero la imagen se forma en la mente gracias a la percepción. Es decir, el proceso de reconocer e interpretar los estímulos recibidos a través de los sentidos. O dicho de otro modo, el proceso selectivo que realiza el cerebro para procesar sólo aquellos datos que le resultan llamativos o interesantes.
Cada persona percibe una imagen de manera diferente según su cultura, experiencia vital, intereses o motivaciones. De tal manera que cuando se observa algo, no sólo se mira, sino que se asocia a las sensaciones personales.
Existen numerosas técnicas de percepción que se pueden utilizar en fotografía para lograr que el mensaje se interprete con mayor facilidad. Una de las más importantes es la gestáltica –de Gestalt, corriente psicológica de 1920– que explica cómo se percibe el todo a partir de las partes. Es decir, la mente interpreta cada una de las partes que conforman la imagen para hacerse una idea del todo.
Los teóricos de la Gestalt establecieron unas leyes de la percepción para explicar cómo la mente organiza los datos visuales que recibe y describieron nuestra tendencia a percibir las relaciones entre los elementos de la imagen y su influencia influye en el orden y significado.
De todas las leyes descritas por la Gestalt las que más afectan a los fotógrafos son:
Analiza la relación que hay entre los diferentes estímulos de la imagen. El ser humano tiende a separar las figuras del fondo según su color, forma, tamaño… Estas figuras se perciben mejor cuanto más sencillo y simple sea el objeto. Pero la figura y el fondo no son estáticos: pueden intercambiar sus papeles y convertirse en figura o fondo según se miren, pero jamás podremos ver las dos a la vez. En fotografía se aplica para resaltar los objetos o las personas dentro de un contexto determinado.
El ser humano tiende a a ver como un todo las cosas que comparten características visuales –color, forma, tamaño, textura…– El uso deliberado de la semejanza añade un significado a la imagen independiente del tema principal. Además, la repetición añade ritmo y aporta armonía.
Los objetos y formas que están cerca se perciben como si pertenecieran al mismo grupo aunque formas, colores y objetos difieran.
Nuestro cerebro tiende a «rellenar los huecos» e imagina los detalles que le faltan a una figura para completarla. Cuando se ha cerrado, eliminamos los detalles innecesarios y establecemos un patrón para el futuro. Esta tendencia se dispara por la sugerencia de una conexión visual o continuidad entre los elementos que, de hecho, no se tocan en una composición.
Muy relacionado con la ley anterior, explica cómo los elementos orientados en la misma dirección tienden a agruparse. El fotógrafo debe utilizar esta tendencia para dirigir la vista del espectador hacia el punto de interés de la imagen.
El cerebro humano intenta organizar la información visual para simplificarla. La simetría equilibra la imagen y ahorra tiempo al espectador para evitar distraerle del mensaje principal.