Busca tu tema

Busca tu tema
6 de octubre de 2022 Comentarios desactivados en Busca tu tema Escuela on line escribeafer

Llega un momento en la trayectoria de quienes tomamos fotos en que la inspiración desaparece igual que el presupuesto para comprar objetivos… Hay muchas maneras de conseguir que vuelva. Hoy te vamos a hablar de una de ellas: buscar un tema. Un motivo recurrente –preferentemente propio– que, quien sabe, podría convertirse en el gérmen de un proyecto fotográfico.

Encontrar nuestro tema tiene varias ventajas. Por una parte, cuando no sabemos qué fotografiar, siempre podemos regresar a nuestro motivo. Además, se trata de una buena manera de desarrollar la destreza fotográfica. Cuando llevamos tiempo fotografiando lo mismo, vamos a buscar nuevas maneras de enfrentarnos a eso. Lo que, en definitiva, redundará en una mejora de nuestras fotos.

Cuando repetimos un tema, llega un momento en que no nos vale «cualquier cosa». ©FG

¿Qué es un tema?

Tema, motivo, manía, recurso… podemos llamarlo de muchas maneras. Cuando decimos que busques «tu tema» nos referimos a que encuentres algo que te guste fotografiar de manera especial.

El mismo tema puede servir de unión entre las diversas imágenes. No sólo hay que pensar en temas visuales –flores, puertas, agua…– sino que podemos buscar la expresión de temas conceptuales como el amor, la tristeza o lo viejo, por ejemplo.

Conceptos como «el amor» también pueden convertirse en un tema recurrente. ©FG

Una buena práctica puede consiste en buscar una serie de imágenes independientes relacionadas con el mismo tema o una secuencia que relate una historia.

Ventanas y puertas resultan muy interesantes porque sirven como espejos o como marcos, unen o separan diferentes elementos de la imagen, permiten comparar el interior con el exterior. Las encontramos en cualquier parte y difieren en cada lugar, por eso suponen un buen recurso para empezar en esta búsqueda de temas.

En las puertas encontramos un recurso que rara vez nos decepciona. ©FG

En nuestro entorno podemos encontrar otros muy recurrentes que se prestan a múltiples interpretaciones con los que podemos garantizar muy buenos resultados tales como el agua, las flores o las escaleras.

Sin embargo, pronto te darás cuenta de que, precisamente por tratarse de recursos sencillos, resultan muy comunes, obvios y repetidos. Cuando llegue ese momento, deberás buscar algo más personal y original.

En mi caso, me obsesioné hace años con la «ropa tendida» y durante un tiempo la busqué por todos los rincones. Aunque ahora me he relajado bastante, sigo sin poder resistirme a la tentación de unos calcetines colgados.

© FG
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