¿Tendencia?

Llevamos varios capítulos hablando de las distintas posibilidades que tenemos a la hora de realizar una fotografía. Como hemos hablado, no basta con realizar una buena fotografía; esta fotografía deberá adaptarse a nuestra intención y, si somos profesionales, a las necesidades del cliente.

En este sentido, seguro que más de una vez te has preguntado si debes seguir la tendencia o tu propio instinto.

Instinto propio o tendencia

A lo largo de la historia, no sólo de la fotografía, sino también de la pintura o, en general, de cualquier arte visual, se han desarrollado varias tendencias que puedes encontrar en cualquier tratado de historia del arte.

En la época actual las modas se suceden unas a otras con mayor velocidad. Tradicionalmente, los movimientos artísticos han rechazado la tendencia anterior. En muchos casos, incluso con la proclamación de un manifiesto.

Por una parte, todos somos hijos de nuestro tiempo y, aunque queramos evitarlo, vivimos impregnados de lo que vemos a diario, resultando muy difícil permanecer ajenos a los impactos visuales. Pero, también todo lo visto anteriormente se une a nuestro imaginario intelectual.

Por regla general, todo lo que está de moda, al poco tiempo resulta completamente caduco. De la misma manera, lo que no sigue ninguna moda, puede pecar de excesivamente sobrio.

El concepto de belleza difiere de unas culturas a otras e incluso cambia a lo largo del tiempo; por ello, no debiera utilizarse para valorar las imágenes. Sin embargo, va muy ligado al gusto reinante en este lugar y en este momento y por ello resulta casi imposible no decir «qué foto más bonita».

Romper las reglas reinantes en la época supone un reto que cada fotógrafo debe valorar sin acepta o no. Por una parte se trata de la única manera de avanzar en la creación. Si repitiésemos siempre los mismos patrones, nuestras imágenes no diferirían de las tomadas hace cincuenta años.

Debemos preguntarnos, no obstante, si rompemos esos patrones de acuerdo a la moda imperante o preferimos buscar nuestro propio camino alejado de la senda marcada.

Los fotógrafos comerciales encuentran en esta dualidad un grave problema. Seguir la moda asegura ventas, pero se pierde personalidad. Defender un estilo propio puede otorgar más valor a la creación, pero a corto plazo dificulta los ingresos.

Quizá has leído hasta aquí pensando que te íbamos a resolver la duda. Lamentamos no poder hacerlo. La respuesta sólo la tienes tú. Esperamos, al menos, haber sembrado en tu cabeza la incertidumbre y que con ello medites al respecto. Seguro que la decisión que tomes, después de pensarlo, resulta la más acertada.