Psicología del color: verde

Continuamos con la serie sobre psicología del color que iniciamos en el capítulo anterior. Hoy hablaremos del color verde. Se trata del color que más espacio ocupa en el espectro visible. Quizá por ese motivo, o porque domina el mundo natural, una buena cantidad de personas lo consideran su color favorito. Sin embargo, la mayoría de la gente tiene como color favorito el azul.

Debido a que tiene un espectro muy amplio, se encuentra repartido a partes iguales entre frío y cálido. Los verdes más eléctricos se considerarían colores cálidos mientras que los más apagados se comportan como fríos.

Se relaciona con la paz, la ecología y conceptos como naturaleza, dinero, frescura, crecimiento, abundancia… También significa esperanza, lo que ha de venir. Sugiere tranquilidad y frescor. Sin embargo, ciertas tonalidades de verde se asocian con la enfermedad y evocan emociones negativas.

Su paleta de variaciones es rica en colores y por ello muy aprovechable para el diseño. Si tiende al amarillo cobra fuerza activa; si predomina el azul resulta más sobrio y sofisticado. Es el mas descansado para el ojo humano y se dice que tiene poder curativo.

No transmite alegría, tristeza o pasión. A muchas personas, sin embargo, les influye un carácter desagradable.

En las composiciones da muy buen juego porque admite muchos degradados y variaciones tonales. Su complementario es el rojo y, aunque contrastan muy bien, no suelen hacer buena combinación. Con sus análogos y su triada sí que podemos crear paletas aceptables.