Componer una fotografía con varios elementos

Como hemos visto, las fotografías con un solo elemento bien situado tienen fuerza y producen impacto. Sin embargo podemos aumentar el interés de la imagen al componer una fotografía con varios elementos secundarios que refuercen el punto de interés principal.

Cuando incluyamos varios elementos en la misma imagen resulta importante situarlos para que aparezcan equilibrados en el encuadre. Debemos conducir al espectador desde un principio al punto de interés e inducirle a observar los detalles secundarios.

Si todos los objetos de la escena tienen un tamaño o forma similares se puede utilizar la perspectiva para acentuar el elemento principal cambiando la posición de la cámara. Así, los elementos secundarios queden a un lado o por detrás del elemento principal.

Si los diversos elementos tienen un peso visual similar compiten entre sí cuando se sitúan cerca y por ello conviene buscar un contraste de escala o apariencia. En cualquier caso será necesario probar diferentes ángulos para que la imagen aparezca ordenada.

Cada persona tiene una forma de leer las imágenes que viene determinada por su cultura. Un occidental leerá una imagen de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Un árabe lo hará de derecha a izquierda y de arriba a abajo; y un oriental, de arriba a abajo y de derecha a izquierda.

Al mismo tiempo, unos elementos tienen más fuerza que otros para llamar la atención del espectador. Así, los colores claros tiene más fuerza que los oscuros; lo que tiene color atrae más que lo gris; y los colores cálidos llaman más la atención que los fríos; los elementos aislados llaman más la atención que los agrupados; la nitidez atrae más la mirada que el desenfoque; los elementos grandes atraen más que los pequeños.

Debemos tener en cuenta todos estos factores a la hora de componer nuestra fotografía. Así, ésta aparecerá ordenada aunque tenga muchos elementos y el espectador percibirá mejor la historia que nuestra imagen cuenta.