Como hemos visto, la mente humana busca resolver la tensión y, por tanto, el equilibrio. El centro de la imagen se utiliza como referencia sobre la que se sitúan los elementos que aparecen en ella.
Al hablar de equilibrio, la referencia más visual la encontramos en una balanza. En este sentido, podemos imaginar una fotografía como un balancín: si colocamos un elemento en un lado, debe haber otro en el opuesto para compensar el peso visual. Esta compensación se puede realizar mendiante sujetos, colores, etc.
Equilibrio estático y dinámico
En una imagen podemos crear equilibro de dos maneras: estática y dinámica. La primera, más evidente, consistiría en situar el punto de interés principal en el centro de la imagen, colocando dos elementos de igual peso visual uno a idéntica distancia del centro o incluso distribuyendo varios elementos alrededor del centro.