Trasladamos la propuesta al Club Foto F y las ideas empezaron a surgir como un torrente de agua fresca. Pero teníamos un problema: la falta de tiempo. Para que el calendario pudiera estar impreso con la antelación suficiente para poder ser vendido en estas fechas teníamos que tomar las fotos ¡ya!
Esa circunstancia descartó algunas proyectos, pero incentivó nuestra creatividad y productividad. Relacionar un banco de alimentos con bodegones de comida parecía una concepto lógico, pero no queríamos alimentos ideales, sino comida diaria, habitual, necesaria…
Las presentaciones debían parecer, así mismo, agradables, pero reales. Y ¿Qué mejor marco que la herramienta habitual de «La Red») ¡Las cajas! Cajas de solidaridad. Las cajas que cada día llenan de productos para repartir entre las familias más necesitadas de nuestra ciudad.
Nos pusimos inmediatamente a trabajar. Contamos también con la colaboración de algunos comercios vecinos que nos prestaron materia prima para los montajes. Como Abarrotes & Granel, que cedieron pastas, huevos y harinas, entre otras cosas.