Líneas

Líneas
27 de enero de 2022 Comentarios desactivados en Líneas Escuela on line escribeafer

Seguimos repasando los elementos que te ayudarán a mejorar tu composición fotográfica. En esta ocasión hablaremos de las líneas que, con frecuencia, se convierten en la base de la composición. Pueden aparecer de diferentes maneras en el encuadre. No sólo atendiendo a su dirección o forma, sino también a la percepción de las mismas a través de la unión de una sucesión de puntos o de elementos que se vinculan entre sí a través de ellas.

Movimiento y profundidad

Las líneas producen sensación de movimiento en torno al espacio de la imagen pues, instintivamente, el espectador las sigue con la mirada. Se aprovechan además para apoyar o realizar un motivo. Con ellas se puede equilibrar la imagen dirigiendo la mirada hacia donde interesa y uniendo a los demás elementos o por el contrario, crear disonancia.

También ayudan a mostrar la profundidad. Las líneas convergentes de una calle o de una avenida de árboles son ejemplos clásicos de perspectiva lineal.

Las diagonales ayudan a mostrar profundidad en las imágenes. © FG

Líneas horizontales o verticales

Si miramos el motivo con los ojos semicerrados, podemos apreciar que sólo unos pocos trazos maestros o contornos logran otorgar definición a toda la imagen. El carácter de la imagen viene determinado por el tipo de líneas predominantes: los ángulos y bordes transmiten agresividad e inquietud mientras que las curvas transmiten tranquilidad y evocación.

Las horizontales transmiten más placidez que las diagonales. Esto se debe a que vemos el mundo en horizontal y percibimos mejor de lado a lado que de arriba abajo. El horizonte, referencia visual, es horizontal y la base que nos sostiene es, también una línea horizontal.

Las líneas horizontales transmiten placidez. © FG

Las verticales siguen la dirección de la gravedad por lo que transmiten más velocidad y movimiento. Sin embargo, una sucesión de líneas verticales pueden transmitir horizontalidad. También pueden percibirse como barrera por lo que expresan fuerza.

Cuando en un mismo encuadre encontramos líneas horizontales y verticales se aprecia equilibrio porque unas detienen el movimiento de las otras.

Una sucesión de líneas verticales sugiere horizontalidad. © FG

El cuerpo humano es vertical, los árboles son verticales… Aunque, a priori, pueden asociarse a composiciones verticales, no necesariamente ha de ser así porque se puede conseguir más movimiento en la imagen alterando esta tendencia.

Líneas diagonales o curvas

Las líneas diagonales muestran más dinamismo y velocidad que las verticales. En parte porque no han de alinearse con los bordes de la imagen, pero también porque muestran una tensión no resuelta y porque carecen del apoyo de las líneas horizontales y la gravedad de las verticales.

Las líneas diagonales aportan dinamismo a la imagen. © FG

En determinados ángulos de visión, por el efecto de la perspectiva, muchas líneas que en la realidad son horizontales, se muestran diagonales. Por ese motivo, las líneas diagonales se utilizan también para mostrar profundidad.

Las diagonales guían la vista del espectador mucho más que cualquier otro tipo de líneas por lo que resultan útiles para llevar la mirada hacia donde nos interese.

Las líneas curvas tienen más ritmo y, por tanto, más movimiento y sensación de velocidad. Ofrecen un carácter más amable, delicado y elegante que las diagonales, pero también sirven para dirigir la mirada del espectador.

Las líneas curvas sugieren movimiento. © FG

Las curvas pueden mostrarse, no sólo mediante la representación de objetos curvos, sino utilizando angulares extremos, que tienden a curvar la imagen, variando el punto de vista o mediante la unión imaginaria de puntos o guiones dentro de la imagen. Esta unión imaginaria podrá utilizarse para trazar todo tipo de líneas, no sólo curvas.

El cerebro tiende a unir los puntos para formar una línea. ©FG

En este sentido, la dirección de la mirada de los sujetos que aparecen en la foto también traza una línea no evidente pero sí presente que lleva al espectador a buscar algo en el punto en que mira el personaje de la imagen.

Se basa en la atracción que, como seres humanos, sentimos hacía otras figuras humanas y suponemos que si éstas miran hacia algún lugar, debe haber allí algo interesante. Podemos jugar en la composición con estas líneas imaginarias.

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