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El sistema de curvas MTF no puede utilizarse para comparar objetivos de diferentes fabricantes. No sólo por la diferencia de criterio y estandarización a la hora de realizar las pruebas. Existen, además, otros artefactos ópticos que estas pruebas no pueden ofrecer: distorsión geométrica, la aberración cromática longitudinal, la capacidad de reproducción de color, el viñeteo y los reflejos internos.
Se trata de una deformación óptica de la imagen causada por el objetivo que diferencia la imagen capturada de lo que había delante de la cámara. Estas distorsiones se aprecian con mayor evidencia en los bordes de la imagen quedando el centro, por regla general, libre de este defecto.
Podemos encontrar estas distorsiones tanto en objetivos fijos como en zum. En mayor medida se encuentran en los objetivos con distancia focal variable de amplio rango y en objetivos de gama media y baja.
Esta distorsión puede presentarse con forma de barrilete, cuando las líneas se abomban hacia afuera, o de acerico, cuando las líneas se curvan hacia adentro. Por regla general, el primer tipo de distorsión se produce más en las focales cortas mientras que la segunda se aprecia más en los teleobjetivos. Los zum de amplio rango suelen acusar barrilete en la focal corta, acerico en la larga y mostrarse neutros en las posiciones intermedias.
Mucho menos frecuente es la denominada distorsión de bigote. Consiste en una combinación de ambas, de tal manera que en los extremos la óptica produce distorsión en barrilete mientras en la zona central de la imagen distorsiona en acerico.
No hay que confundir la distorsión mencionada, producida por las lentes que componen el objetivo, con la deformación de perspectiva. Ésta se produce por los objetivos angulares cuando se realizan tomas no ortogonales. Es decir, cuando la posición desde la que tomamos la fotografía no coincide con el eje de lo fotografiado. O sea, cuando variamos la perspectiva de la toma.
Esta deformación se va a producir siempre, con independencia de la calidad del objetivo utilizado. Se debe al efecto de la perspectiva y a las características propias de los angulares que, como ya hemos visto, acercan más los objetos cercanos y alejan los lejanos. Esta situación se soluciona colocando la cámara en el eje ortogonal con respecto al sujeto.
Se denomina así a la aparición de halos de color –normalmente púrpuras y verdes– no deseados en los bordes de los elementos muy contrastados de la imagen. Por ejemplo, en las ramas de los árboles al recortarse contra el cielo.
Este defecto aparece con más frecuencia en las esquinas que en el centro. Se da más en los objetivos de baja calidad y en los zum de amplio rango.
Se produce porque determinadas longitudes de onda convergen ligeramente atrás o delante de la superficie del sensor. Para evitarlo, los objetivos de gama media y alta añaden lentes especiales que corrigen este error.
Llamamos viñeteo o viñeteado al oscurecimiento de las esquinas en las imágenes. Se puede denominar también «iluminación periférica». Aparece porque la proyección de luz que realiza el objetivo no puede cubrir por completo el fotograma.
Resulta más visible cuanto mayor es el sensor de la cámara. Como puede apreciarse en el gráfico adjunto este oscurecimiento resulta muy visible con diafragmas muy abiertos y se va reduciendo progresivamente a medida que se cierra diafragma.
Los resultados varían de unos objetivos a otros, pero suele repetirse el mismo comportamiento. Resulta muy visible a máxima apertura, con una reducción drástica al cerrar un paso. Al cerrar dos pasos apenas se ve y desaparece casi por completo al cerrar el tercer paso.
Hay quien utiliza este defecto con fines creativos. Aún así, no hay que olvidar su origen: el defecto producido por la incapacidad de la óptica para iluminar por completo el fotograma.
Todos estos artefactos ópticos son conocidos por los fabricantes de los objetivos y se encuentran referenciados. Por eso, facilitan los datos correspondientes a los fabricantes de firmware y software. Así, tanto las cámaras fotográficas como los programas de revelado puedan corregir en postproducción lo que no se puede arreglar en el laboratorio óptico.
Con frecuencia encontramos en el mercado objetivos –como el Laowa utilizado para la foto superior del edificio en construcción– que carecen de contactos para la transmisión de datos a la cámara. Esto supone que los artefactos mencionados en esta nota se aprecian sin corrección alguna. No significa que este tipo de objetivos presenten más defectos que otros –suele suceder al contrario– sino que al no pasar la información a la cámara o al programa de revelado, éstos no tienen referenciados los errores y, por tanto, no los pueden corregir automáticamente.