Fotografía móvil II

Fotografía móvil II
27 de octubre de 2022 Comentarios desactivados en Fotografía móvil II Escuela on line escribeafer

Cada vez resulta más frecuente utilizar el teléfono móvil como cámara fotográfica. Aunque ya tengamos una «grande». Por eso hoy vamos a continuar la serie sobre fotografía móvil que iniciamos en el capítulo anterior.

Antes de nada, debemos saber que los teléfonos utilizan un sensor muy pequeño. Aunque las medidas varían de unos a otros, podemos tomar como referencia una medida media de 7,6×5,7mm. Si tenemos en cuenta que el sensor de una cámara de 35mm mide 24x36mm, podemos hacernos una idea de la diferencia de tamaño.

El tamaño medio del sensor de un teléfono móvil se encontraría en los más pequeños aquí indicados.

¿Por qué nos interesa saber esto? Porque afecta a la toma fotográfica o, mejor dicho, al resultado. Un sensor pequeño se traduce, básicamente en: más profundidad de campo, peor relación señal ruido, menor rango dinámico.

Es decir, al fotografiar con un teléfono móvil, va a resultar muy difícil que algo aparezca desenfocado, vamos a tener más ruido con ISO alto y las imágenes aparecerán mucho más contrastadas. Ésto se notará sobre todo en que las zonas de luces aparecerán quemadas.

Fotografía computacional

Probablemente, al leer esto pensaras que estoy equivocado. «Mi móvil sí desenfoca«; «mi móvil no saca ruido cuando tomo fotos de noche«; «mi móvil saca detalle en luces y sombras«… Y hasta cierto punto, estas afirmaciones pueden resultar ciertas.

La causa la encontramos en la fotografía computacional. Esta nueva manera de entender la fotografía está revolucionando la captura fotográfica. Empezaron los teléfonos móviles, pero en estos momentos, cada vez más cámaras fotográficas utilizan la inteligencia artificial para mejorar la captura.

¿Qué significa esto? En el caso de los teléfonos significa que, desde que apretamos el botón de disparo, hasta que la imagen aparece, un pequeño ordenador ha procesado la fotografía para desenfocar el fondo, reducir el ruido o combinar varias imágenes y así aumentar el rango dinámico.

Y lo hace de una manera soberbia. La primera vez que usé un teléfono que guardaba los archivos en formato RAW me alegré. «Ahora podré editar mis imágenes del teléfono«, pensé. Sin embargo, tras el primer intento, no he vuelto a guardar un archivo en crudo. Ni mis amplios conocimientos de revelado, ni mi experiencia, ni los avances en los programas de edición me permitieron siquiera acercarme al procesado realizado por el teléfono. Conclusión: el ordenador incorporado en el teléfono es más listo que yo –tampoco es tan raro–.

Tomé esta foto con el teléfono. Me gustó y, como llevaba encima otra cámara, la repetí. Tras varios minutos de post procesado de la segunda toma en el ordenador, casi me acerqué a lo que había hecho el gnomo que vive dentro de mi teléfono. ©FG

Sobre esto se pueden establecer muchos debates que no proceden en esta entrada. Aquí nos preocupa cómo conseguir mejores fotos con el teléfono y la realidad –nos parezca bien o mal– es que la fotografía computacional ayuda a conseguirlo.

La luz

Aun así, la luz sigue siendo nuestra materia prima, aunque podamos hablar por teléfono con la cámara. Por eso conviene prestar mucha atención a la iluminación. En realidad, más que si la tomáramos con una «cámara grande». A pesar de que el gnomo interior haga su trabajo perfectamente.

Si comparas dos fotos idénticas, una tomada con un teléfono y otra con una cámara con sensor grande, podrás averiguar a qué equipo corresponde cada imagen fijándote en el rango dinámico y en el ruido. (La tecnología probablemente convierta esta afirmación en mentira mañana mismo).

Por todo ello, procura usar, siempre que puedas, la luz natural. Evita los extremos: tanto el sol intenso como la luz demasiado pobre. Elude también los fuertes contrastes y busca iluminaciones suaves sin luces intensas que quemen zonas importantes de la imagen o sombras profundas que empasten de negro la escena.

Con buena luz, los resultados no defraudan. ©FG

Procura también no fotografiar de noche o en interiores poco iluminados. Aunque creas que tu teléfono toma mejores fotos con luz tenue que tu cámara, en realidad sucede que las procesa más y a simple vista parecen mejores. Si comparas ambas fotos a tamaño real en un ordenador comprobarás que el sobreprocesado del teléfono les confiere un aspecto de «acuarela». Esto no se aprecia al ver la foto en el teléfono ni, probablemente, tampoco al imprimir una copia de 10x15cm o 15x20cm, pero podría apreciarse a tamaños mayores. Quizá tampoco te importe mucho para el uso al que vas a destinar la imagen, pero debes tenerlo en cuenta.

Flash

Debes saber también que lo que en el teléfono se denomina «flash», en realidad es una linterna LED que se enciende durante un breve instante. Por ello, carece de las virtudes habituales en un flash, como su capacidad de congelación.

Resulta preferible desactivarlo para evitar disparos indeseados. Esto no significa que no podamos utilizar este falso flash si pensamos que así mejorará nuestra imagen final, sino que debemos ser conscientes de su uso. Es decir, manténlo apagado y enciéndelo sólo cuando cras que su uso mejorará la imagen. Sin olvidar que estás añadiendo luz a la escena y, por tanto, cambiando la apariencia de lo que estás viendo.

Subexponiendo la toma para captar la puesta de sol y añadiendo la luz del flash para iluminar a la modelo, se pueden conseguir este tipo de fotos con el teléfono. ©FG

Si estás tomando fotografías en interiores, quizá te resulte mejor buscar una fuente de luz y situar al sujeto próximo a ella: ventanas, farolas, etc. Recuerda, no obstante, que si la fotografía con luz escasa resulta especialmente complicada, incluso con una cámara grande, más aún con la cámara del teléfono.

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