Llámanos: 910088826
Correo electrónico:
estudio@fotoefe.es
La dirección de tu empresa
Plaza Pablo Picasso, 2. Rivas-Vaciamadrid
Llámanos: 910088826
Correo electrónico:
estudio@fotoefe.es
La dirección de tu empresa
Plaza Pablo Picasso, 2. Rivas-Vaciamadrid
Seguro que con frecuencia has escuchado hablar de la este concepto sin llegar a comprender qué significaba o cómo controlarla. Se entiende por «profundidad de campo» la distancia que hay entre el primer sujeto que aparece nítido o enfocado en la imagen hasta el último, tanto por delante como por detrás de lo que queremos fotografiar.
La profundidad de campo puede hacer cambiar por completo el aspecto de una imagen. En ocasiones nos interesará que toda la imagen aparezca enfocada –un paisaje, por ejemplo– y en otras justo lo contrario: que sólo se muestre nítida la parte de la imagen que nos interesa resaltar. De hecho, esta técnica resulta especialmente útil para llamar la atención sobre un punto concreto de nuestro encuadre –en la mayoría de los retratos–.
Cuando miramos a través del visor de una cámara réflex no puede apreciarse la profundidad de campo debido a que los objetivos incorporan un dispositivo mediante el cual el diafragma permanece siempre en su máxima apertura para facilitar el enfoque y el encuadre; sólo en el momento de accionar el disparador se sitúa en la apertura deseada. Algunas cámaras disponen de un botón que anula este sistema y así poder previsualizar la profundidad de campo. Obviamente, la luminosidad que llega al visor se reducirá en función del valor de diafragma que tengamos seleccionado.
Las cámaras sin espejo, por el contrario, sí permiten previsualizar el efecto que tendrá la fotografía final antes de tomarla. Esto se debe a que estamos mirando a través de un visor electrónico a través del que vemos la imagen tal y como quedará.
Mientras estamos tomando una fotografía con nuestro equipo habitual, podemos variar alguno de los tres factores que influyen en este parámetro:
A mayor apertura de diafragma –número f más pequeño–, menor profundidad de campo, es decir, menos superficie nítida. En esta fotografía, tomada a f/2,8, sólo aparece nítido el punto a donde se enfocó.
Si queremos mayor superficie nítida, cerraremos diafragma hasta conseguir la profundidad de campo deseada.
A mayor distancia focal –teleobjetivo–, menor profundidad de campo. Si queremos que salga todo enfocado utilizaremos objetivos gran angular.
Como en la fotografía que ilustra esta nota, tomada con un objetivo de 24mm de distancia focal para que aparezca nítido tanto el primer plano como las casas del fondo.
A mayor distancia desde la cámara al sujeto, mayor profundidad de campo, es decir, más superficie nítida. Por el contrario, cuanto más nos acercamos a un sujeto, menor área nítida.
Eso sucede en fotografías macro, como la de la muestra. Al contrario, en paisajes, lo normal es que todo salga enfocado.
Por lo tanto, cuando deseemos realizar una fotografía en la que queramos que aparezca nítida la mayor superficie posible, combinaremos todos los elementos mencionados: objetivo corto, diafragma cerrado y lejanía del sujeto. Al contrario, si queremos que sólo aparezca nítido un punto concreto, utilizaremos un teleobjetivo con el diafragma muy abierto y nos situaremos próximos al sujeto deseado. Entre medias, cualquiera de las combinaciones posibles según el gusto o las necesidades de la escena.
Existe un cuarto factor que influye en la profundidad de campo pero para tenerlo en cuenta deberíamos cambiar de cámara. Hablamos del tamaño del sensor: a mayor tamaño de sensor, menor profundidad de campo.
Por este motivo, las cámaras fotográficas con sensores grandes son más apreciadas para retrato y estilos fotográficos en que se requiera poca profundidad de campo. Por el contrario, las cámaras con sensores más pequeños se prefieren para paisaje y fotografía callejera porque resulta más sencillo que todo salga enfocado.
Antiguamente todos los objetivos incluían una escala serigrafiada que servía para calcular este parámetro en función del propio objetivo y del diafragma usado. Por desgracia, cada vez son menos los objetivos que incluyen estas escalas y debemos recurrir a las calculadoras de profundidad de campo para obtener el valor exacto.
Existen múltiples aplicaciones para móviles que resuelven este problema. Casi todas ellas se encuentran por sus siglas en inglés DOF –Deep Of Field–. Por lo que se refiere a esta utilidad, no difieren mucho unas de otras. Las diferencias hay que encontrarlas en los usos extra que puedan incluir.
Algunas modernas cámaras sin espejo también incluyen la posibilidad de visualizar en la pantalla la distancia enfocada. Es posible que no aparezca por defecto y tengas que mirar detenidamente las instrucciones de tu cámara para activar esta opción. Suele aparecer una especie de regla, con medidas indicadas en metros, sobre la que aparece sombreada –o con un color diferente– la zona nítida.