La temperatura de color y el ajuste de blancos

La temperatura de color y el ajuste de blancos
6 de mayo de 2021 Comentarios desactivados en La temperatura de color y el ajuste de blancos Escuela on line escribeafer

Cada fuente de luz emite una temperatura de color diferente. Esto exige un determinado ajuste de blancos en cámara para que nuestras fotografías muestren los colores correctos. En este capítulo te explicamos en detalle cómo conseguirlo.

Lo que conocemos como luz blanca es una mezcla de longitudes de onda que incluye todos los colores del espectro. La composición, sin embargo, varía en función de la fuente luminosa que produzca esa luz, tal y como puede comprobarse en el gráfico adjunto.

Temperaturas de color según la fuente de luz

Por ejemplo, la luz de una vela tiene más rojo que azul y es cálida. Un día despejado y a la sombra toda la luz procede del cielo azul y, por tanto, la iluminación es azulada.

Estas diferencias se miden en grados Kelvin. El valor corresponde a la temperatura a la que un supuesto cuerpo negro emitiría tal color. A medida que la temperatura aumenta pasa del rojo al naranja, amarillo y azul. Por tanto, al matiz rojo de una bombilla de tungsteno corresponde una temperatura de color más baja que al azul de un día despejado.

Corrección del color

Nuestro cerebro interpreta la información que recibe del ojo de tal manera que lo que percibimos no se corresponde con la realidad. Si estamos en una habitación iluminada con fluorescentes y vemos un objeto blanco, aunque salgamos a la calle seguiremos viendo el mismo blanco. El cerebro se adapta, sin que seamos conscientes, para conseguir una temperatura de color constante, es decir, para que sigamos viendo el blanco con independencia de la fuente de luz utilizada.

Tanto la película fotográfica como los modernos sensores no pueden adaptarse a esos cambios. Por ello, para corregir las diferencias, en la fotografía analógica se utilizan películas específicas o se anteponen filtros a las lentes que compensen las dominantes de color. El filtro de color adecuado será el opuesto en el círculo cromático a la dominante obtenida. Es decir, para corregir la dominante azul utilizaríamos un filtro amarillo.

Ajuste de blancos

Las cámaras digitales, mediante la función denominada ajuste de blancos –WB–, anteponen filtros digitales. Estos compensan las diferentes temperaturas de color para lograr que el blanco se vea siempre blanco y, por consiguiente, todos los demás colores con su tono exacto.

En caso de no realizar el ajuste de blancos correcto los colores aparecerán cambiados. Si, por ejemplo, elegimos “luz día” para fotografiar una vela, obtendríamos una foto con dominante rojo. Si ajustamos los blancos para “tungsteno” y fotografiamos un exterior, obtendremos dominante azul.

Prácticamente todas las cámaras digitales disponen de una posición denominada AWB Automatic White Balance– que interpreta –con mayor o menor acierto dependiendo del modelo de cámara– la fuente de luz que ilumina el sujeto y corrige el color.

En la mayoría de los casos esta opción funciona con bastante precisión y no haría falta cambiar el valor. No obstante, cuando la luz procede de bombillas de tungsteno, las fotografías tienden a aparecer con fuertes dominantes anaranjadas. Es por ello que, cada vez más cámaras, incorporan una posición de ajuste de blancos automática con predominio del blanco, incluso con bombillas de tungsteno, que corrige este problema con bastante eficacia.

Opciones más habituales de balance de blancos en las cámaras fotográficas.

En caso de no lograr el blanco deseado con la opción automática, podríamos elegir alguna de las opciones preconfiguradas que ofrezca nuestra cámara. Las más habituales pueden verse en el gráfico superior aunque pueden variar dependiendo de cada fabricante. Algunas cámaras incluyen una posición denominada K en la que podemos introducir directamente el valor Kelvin deseado.

RAW o JPEG

En un capítulo posterior hablaremos de las distintas opciones de guardado de archivos así como de las ventajas e inconvenientes de uno y otro.

Por ahora, sólo indicar que los ajustes de blancos que realizamos sobre la cámara afectan directamente al archivo JPG. La cámara aplica el ajuste y guarda el archivo con él. El archivo RAW permanecerá con todos los datos de la toma. Durante el proceso de revelado de la imagen se podrá volver a ajustar la temperatura de color.

Todos los programas de revelado de archivos RAW permiten ajustar los blancos durante el procesado.

No obstante, de la misma manera que sucede con la exposición, la recuperación de blancos se puede conseguir en un abanico de colores registrados. Es decir, si hemos sub expuesto la fotografía no podremos recuperar determinadas tonalidades por mucho que aclaremos durante el revelado. Del mismo modo, si un color no se ha captado en la toma, no se podrá recuperar por mucho que editemos. Aunque también hay que reconocer que resulta más fácil conseguir todos los colores que todo el rango dinámico.

Balance de blancos personalizado

Cuando se necesita máxima fidelidad en la reproducción del color, no quedará más remedio que ajustar los blancos mediante el balance personalizado.

El procedimiento a seguir varía según las diferentes cámaras, por ello recomendamos la lectura del manual correspondiente para proceder de la manera adecuada. No obstante, en la mayoría de los casos se trata de grabar una fotografía de la carta de gris en las mismas condiciones de luz que vamos a utilizar para la toma definitiva. Esta fotografía se usa, siguiendo el menú correspondiente de la cámara, como referencia para establecer el blanco. A continuación, fijaremos el WB en la posición «personalizado» y realizamos la fotografía deseada.

La modelo sujeta la tarjeta gris para realizar el ajuste de blancos personalizado. ©FG

La hora, el mes, el clima

Según lo visto anteriormente, podemos deducir que la hora del día a la que tomemos la foto determinará los colores resultantes. Recordemos que la temperatura de color aumenta con la altura del sol, mientras que al aproximarse al horizonte, la dispersión y la absorción bloquean casi por completo la radiación azul.

De la misma manera, la dirección de la luz también varía según las estaciones del año; mientras en verano el sol describe un arco más amplio, durante el invierno sale y se pone en puntos del horizonte más alejados.
En climas templados el vapor de la atmósfera funciona como difusor y suaviza la luz.

La hora del día, el mes y el clima también influyen en la temperatura de color. ©FG

Blanco creativo

Aunque lo dicho sirve para la mayoría de fotografías, puede que queramos alterar el ajuste de blancos para conseguir efectos creativos y evitar, de manera voluntaria, que el blanco sea blanco.

Los atardeceres y amaneceres son un claro ejemplo. En ambos casos la luz pasa por tonos amarillentos, anaranjados e incluso rojizos y, con ella, los blancos tomarán esas dominantes. Si ajustáramos el balance de blancos para que los objetos perdieran su dominante y se vieran como iluminados por luz blanca, las fotografías resultantes perderían la espectacularidad que buscamos en ese tipo de tomas.

Variando la temperatura de color de manera voluntaria podemos alterar los colores para reforzar nuestra idea. ©FG

Por tanto, el balance de blancos supone una herramienta muy útil para representar los colores con fidelidad a la percepción humana. Pero también puede ser tenido en cuenta como otra herramienta para interpretar lo que vemos para ofrecer una visión subjetiva de las cosas.

Con frecuencia, cambiando la temperatura de color obtendremos resultados que varían la realidad y a pesar de ello, o precisamente por eso, resultan más espectaculares.

Etiquetas
Verificado por MonsterInsights