Propósito

En el capítulo anterior comenzamos una nueva serie que continúa aquí en la que hablamos de la intención a la hora de tomar una fotografía, es decir, el propósito. No basta conocer las reglas de composición, dependiendo de lo que quieras comunicar harás una fotografía u otra totalmente distinta. En este capítulo te ponemos algunos ejemplos. En la próxima entrega, más.

Instantáneas o preparadas

Ya hablábamos de esta dualidad al comienzo de este curso. Podemos caminar con los ojos abiertos intentando descubrir imágenes que nos llamen la atención y capturarlas de acuerdo a lo aprendido hasta ahora. Pero también podemos imaginar una fotografía y crearla partiendo de cero como si nuestro encuadre fuese un lienzo en blanco.

Tan verdad –o mentira– puede contener una imagen como otra y ambas pueden contar la historia que imaginamos. Depende de nuestra intención. A menudo, sin embargo, tendemos a pensar que las fotografías exteriores se han improvisado y contienen más realidad que las fotografías de estudio. En la historia de la fotografía –y probablemente en nuestro propio archivo– existen multitud de ejemplos que demuestran la falsedad de esa presunción.

Fotografías callejeras que parecen espontáneas y se han preparado –»El Beso» de Doisneau, por ejemplo– o fotografías de estudio que denuncian realidades –casi todo el trabajo de Isabel Muñoz, por ejemplo– ponen de manifiesto que no es mejor un estilo que otro.

Entre medias de ambos extremos encontramos infinidad de posibilidades: fotografías que surgen de una planificación o preparación de una escena callejera. Incluso, una fotografía de paisaje en la que, a priori, no interviene el autor, se puede –y se debe– planificar estudiando el día, la hora, el encuadre, la óptica…
Durante todo el proceso creativo pueden surgir nuevas ideas que conviene aprovechar.

Objetivo o subjetivo

A veces queremos retratar lo que vemos intentando permanecer ajenos a la escena sin aportar una visión personal. Un intento de conseguir fotografías «verdaderas» que describan la realidad de la manera más neutra posible.

En otras ocasiones, por el contrario, se busca mostrar desde un punto de vista muy personal lo que se ha percibido y contar la realidad desde el punto de vista de quien la fotografía.

Esta otra, por el contrario, sólo busca la estética e incentivar la imaginación del espectador. ©FG

En cierto modo hablamos de separar contenido y forma. Aunque, en realidad, en una fotografía que consiga impacto, estos dos elementos van tan unidos que costaría separarlos.

A pesar de eso, dependiendo de la finalidad que tenga la fotografía que deseamos tomar, sí que haremos más hincapié en excluir nuestro punto de vista o en acentuarlo.